Transitando el duelo

 Cada ruptura exige un cambio , un quiebre, la partida del mundo terrenal de una madre, si que es un rompimiento, no de su vínculo afectivo, con ella vivía cada día como si fuera el último día, estaba viviendo tiempo extra y ahora la siente en cada paso;  el caos, la oscuridad viene de asumir un rol que nunca  Marié visualizó, no lo quiere y no es lo que soñó, ser la cabeza de un hogar , donde siempre fue invalidada, donde sufrió  maltrato psicológico y donde desdibujaron la mujer generosa , altruista y amorosa que es.

 Cada día el despertar de Marié es una pesadilla ella sale con los ojos cerrados sin pensar de su habitación y vuelve a ser ella, lúcida, con ganas de comerse el mundo y compartir la sabiduría que Dios y su experiencia de vida le han permitido guardar, quiere seguir,  aunque algo llega a diario a obstaculizar en forma de soberbia, miedo, abulia.......tareas tan simples como levantarse y organizar su guardaropa, está en un ambiente no armónico. Marié ya no tiene miedo, solo que no sabe cuál es el camino, en días vendrán cambios como las mudanzas que requieren coraje pero lo hará, es algo simbólico que le permitirá verse en otro espacio y ocurrirá un milagro, una señal del destino que la sustraerá de su duelo y le señalará su destino en este plano terrenal.


 La Fé  mueve montañas , sólo que a Marié nunca le enseñaron a tener Fé en si misma, una placentera misión será formatearse y almacenar solo experiencias de vida para completarse y comenzar a volar, viajar, viajar, viajar..... 


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